lunes, 22 de agosto de 2022

Camelias en el aire

 Estaba comprometida, esperando cambiar a la vida en calma y en un nuevo vecindario. Teníamos un pequeño negocio de venta de uniformes, estaba a la vuelta de la casa y tenía una bodega al fondo, justo detrás de una cortina y racks repletos de ropa.

Hacía medio año de habernos instalado, conocía sólo de vista a los vecinos de alrededor. A ella la había visto pasar afuera del lugar, comprando en otras tiendas y llegando a su casa. Era más joven que yo, apenas entrando a sus 20s, yo iba de salida.

La presión de su mirada de un día a otro captó mi atención, ese día llevaba un par de licras que marcaban mi pubis y trasero, me sentí desnuda ante sus ojos.

Los días siguientes fue lo mismo, usará lo que usará ella me veía como lobo hambriento, pero a las semanas se atrevió a entrar y cruzar palabras. Preguntó por filipinas, le mostré algunas, estaba a punto de decir algo más pero llegaron un grupo de clientes y se marchó.

Su cara era pálida, aspecto de duendecillo, blanca y con lacios cabellos oscuros de raíz clara.  Boca pequeña y carnosa.

Siempre estaba sola en el local, los miércoles había muy poca gente, solo aceptaba mercancía nueva en su mayoría.

Ese día había limpiado el piso, aún húmedo y ella entró.

- ¿Tienes filipinas?

- Las mismas que viste el otro día.

- ¿Estás ocupada?

- Iba a cerrar para comer y hacer inventario...

- ¿Sola? -  sonrió con malicia.

- Tal vez...

Cerré la cortina de tela, puse el seguro y puse el letrero de cerrado.

Ella se abalanzó a besarme.

- No...  Aquí no.

Le dije, ella me miró con dudas, tomé su mano y la llevé justo detrás de los racks en la bodega, la tumbé al suelo y comenzamos a besarnos, ella no dudó en meter su mano en mis braguitas y apretar mi culo con fuerza, pronto ambas estábamos desnudas de la cintura para abajo.

Ella comenzó a comerme el coño y el culo, sus labios suaves y su lengua caliente marcaban un camino desde mi año hasta mi clitoris, sus dedos jugueteaban con entrar a mi vagina y culo a la vez. Yo gemia comp loca.

Entonces, la tumbé para probar su coño, tenía que verlo. Bajé con fervor y lo vi, rosado, depilado terso como durazno, enloqueci y lo probé hasta que mis labios se hincharon. 

Pero yo quería más, así que hice que nuestras vaginas se unieran y comencé a moverme lento sobre su suave y delicioso coño, tenía un pubis carnoso y tan terso, el contacto con mi clitoris y los vellos de mi peludo coño la hicieron gemir, se tapó la boca para evitar atraer la atención. 

Terminamos empapadas. Ese fue el primero de cinco encuentros fortuitos con Camelia, el segundo tendríamos un invitado a nuestra fiesta de placer, pero esa es otra historia...

P.d. Mi otro blog es "el rincón de dulce alba", pero perdí el acceso así que escribiré aquí mis anécdotas sexuales. Acompañeme a pasarla rico recordando cada momento 😋🍑🔥💦😘



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Jugando en el baño de un café

 Sola en mi habitación, recordando tu cuerpo, tus ojos y tus manos recorriéndome por completo. ¿Qué fue de ti? La pregunta queda en el aire ...